Oración de contrición, arrepentimiento y propósito de enmienda, que dirigimos a Dios para que nos perdone las ofensas que, como pecadores, cometemos.
Con ella manifestamos el verdadero dolor que nos causa el haber pecado y nuestra recta intención de querer ‘nunca más pecar’.
Acudir a Dios nuestro Señor, con humildad, para que nos perdone los pecados es una actitud propia del cristiano que debe repetirse con asiduidad. No obstante, recitar esta oración no exime del sacramento de la confesión salvo que sea verdaderamente imposible hacerlo desde que se rezó hasta el momento de la muerte o perdida de facultades mentales.
ORACIÓN
Señor mío Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío;
por ser vos quien sois, bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido,
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia
que me fuera impuesta. Amén.