Tras la Resurrección fue el propio Jesús quien instituyó el sacramento de la Confesión. En el evangelio de San Juan (20,19-23) se narra como Cristo da a sus apóstoles ( los primeros sacerdotes ) la potestad de perdonar los pecados.
«Dios nos comprende, nos espera, no se cansa de perdonarnos si sabemos volver a él con el corazón arrepentido» Papa Francisco
Jesús, nos quiere con él en el Cielo y nos deja un medio establecido para poder reparar las ofensas que pudiéramos cometer.
La Iglesia propone 5 pasos para preparar y hacer una correcta confesión:
1. Examen de Conciencia.
Ponernos ante Dios que nos ama y quiere ayudarnos. Dios está en todas partes, y cualquier sitio es válido para preparar la confesión, pero nos ayudará mucho hacerlo delante del Sagrario o de una imagen de Jesús Crucificado. Analizar nuestra vida y abrir nuestro corazón sin engaños.
2. Arrepentimiento. Sentir un dolor verdadero de haber pecado porque hemos herido con nuestras obras u omisiones al que más nos quiere: Dios, nuestro Padre.
3. Propósito de no volver a pecar. Si verdaderamente amo, no puedo seguir hiriendo al amado. De nada sirve confesarnos si no queremos mejorar. Podemos caer de nuevo por debilidad, pero lo importante es la lucha, no la caída, y levantarse cada vez, como Cristo en el Calvario.
4. Decir los pecados al confesor. El Sacerdote es un instrumento de Dios. Abandonemos la “vergüenza” o el “orgullo” y abramos nuestra alma, Dios es quien nos escucha.
5. Recibir la absolución y cumplir la penitencia. Es el momento más hermoso, pues recibimos el perdón de Dios. La penitencia es un acto sencillo que representa nuestra reparación por la falta que cometimos. Es preciso abrir el corazón y recibir con humildad y verdadera Fe el perdón que se nos está concediendo.
El penitente dice el saludo acostumbrado (por ejemplo, «Ave María purísima» o «Bendígame Padre, porque he pecado»), y se santigua.El sacerdote puede decir: El Señor esté en tu corazón para que te puedas arrepentir y confesar humildemente tus pecados. El sacerdote o el penitente puede leer o decir de memoria algunas palabras de la Sagrada Escritura sobre la misericordia de Dios y el arrepentimiento, por ejemplo: |
|
Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te amo.El penitente se acusa de sus pecados:– Mi última confesión fue hace… (días, meses o años aproximadamente). – Pido perdón a Dios de… (se dicen los pecados cometidos desde la última confesión.) – Me acuso también de todos aquellos pecados de los que no me acuerdo.El sacerdote le da los consejos oportunos y le impone la penitencia. El sacerdote invita al penitente a manifestar la contrición.El penitente puede decir, por ejemplo:Jesús, Hijo de Dios, apiádate de mí, que soy un pecador.El sacerdote, extendiendo ambas manos o, al menos, la derecha sobre la cabeza del penitente, dice: Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz.
El penitente responde: Amén. El sacerdote despide al penitente: La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, la intercesión de la Bienaventurada Virgen María y de todos los santos, el bien que hagas y el mal que puedas sufrir, te sirvan como remedio de tus pecados, aumento de gracia y premio de vida eterna. Vete en paz. El penitente debe cumplir la penitencia impuesta tan pronto como sea posible. Fuentes: http://www.devocionario.com/varias/confesion_individual.html
|